El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 28 de agosto de 2016

The Color of the Chocolate (1941-2016)



No es un invento creado por Reina Reech, aunque podría. Ni siquiera es una creación de la empresa más famosa en explotar esa idea, pero sin embargo muchos creerán que sí es un invento de ellos. El comercializar chocolate en confites coloreados es una creación bastante antigua, y aunque parezca llamativo a primera vista, no le pertenece a la compañía más famosa en el mundo dedicada a vender de estos confites, M&M. La idea original viene de un producto inglés creado en el lejano 1882 llamado Smarties Chocolate Beans. La ocurrencia de vender chocolate recubierto con azúcar colorido fue una estrategia para poder comer chocolate todo el año, sin que se derritiera bajo ningún aspecto climático. Dichos chocolates confitados comenzaron a comercializarse internacionalmente en 1937 y desde ese año se les conoce como Smarties a secas (hoy aún existen y son propiedad de Nestlé). En esos años dos comerciantes de golosinas estadounidenses, Forrest Edwards Mars y R. Bruce Murrier compraron los derechos de fabricación en 1939 y los bautizaron M&M, nombre inspirado en sus iniciales. No pudieron usar el original nombre Smarties porque en USA ya había una golosina con ese nombre. Por ese simple hecho nació esta marca famosa mundialmente, y quienes más han innovado para seguir vendiendo más y más. Se produce el lanzamiento (y por lo tanto el nacimiento) ificial de estos confites en 1941, lo cual deriva en que este año cumplan 75 años en el mercado. Desde esos años iniciales desarrollaron unos personajes, confites atropomórficos, que cayeron muy bien en los consumidores y sobrevivieron hasta la actualidad con diferentes modificaciones. El confite rojo para la variedad clásica y el amarillo para la presentación con maní existieron desde sus inicios y se fueron aclimatando según los tiempos. Este año la compañía Mars, en homenaje a su 75 aniversario, lanzó una serie de envoltorios especiales con dichos personajes plasmados para cada década. Estos confites aparecían en cuanto aviso estuviera relacionado con el producto y fueron ganando amigos con el tiempo: hoy la barra oficial de personajes incluye un confite verde, otro marrón uno azul y otro naranja. Los juguetes y peluches con esos personajes no se hicieron esperar, y se consiguen en las tiendas M&M exclusivas de Estados unidos Es decir, que ya hay un personaje para cada color. Las publicidades con estos simpáticos personajes por todas las vías posibles ayudó a imponer estos confites como un símbolo más de la cultura norteamericana, junto con sus hamburguesas, sus bebidas cola, sus galletitas con chips de chocolate, sus malvadiscos  y tantos otros. No hay película estadounidense en donde tarde o teprano se haga referencia, más o menos implícita, a estos confites de colores con la “m” escrita en el medio en blanco, aunque en ese lejano 1941 su color era el negro. Tan famosos se volvieron que en 1981 se convirtieron en la primer golosina que llegó al espacio de la mano de la NASA. El tema de los colores parece trivial pero Mars siempre se lo tomó en serio: inicialmente sólo venían amarillos, rojos y marrones. Muchos años después aparecieron los naranjas y verdes. Durante los 70 y hasta los principios de los 80 el color rojo estuvo desaparecido por la idea popular de que era un compuesto tóxico, aunque sólo se trató de un rumor. En 1995 vino el más artificial de todos, el azul (elegido por una promoción con participación del público) y en 2002 iba a sumarse el color violeta luego de una votación popular similar a la del 95, pero todo quedó en nada. Los colores también pueden variar según situaciones especiales (por ejemplo Navidad, donde vienen sólo rojos y verdes) y por tiempo limitado se vieron muchos sabores especiales: sabor a torta de cumpleaños, café,  capuccino, con arroz inflado, crema de maní, de avellanas, con almendras, a mousse de frutilla, de cereza, de sandía, de calabaza, ácidos, mentolados, etc. Si en todo el mundo son tan famosos y queridos… por qué en Argentina no son tan populares? Eso se debe a una competencia inesperada, provocada por una empresa de golosinas familiar, igual a la Mars estadounidense: Arcor. Los cordobeses crearon en 1991 los Rocklets, confites de mismo sabor y colores pero diferente forma (de lenteja, no redondos), los cuales se volvieron tan populares que coparon el mercado con facilidad, a pesar de no tener ninguna inscripción encima. Confites más baratos y accesibles en cualquier punto del país… para qué optar por una opción más cara como los M&M? Gracias a ello, la marca estadounidense en el país siempre se vio como un producto pituco y de poca salida, no muy justificable de importarse. Sin embargo, durante un breve lapso a principios de los años 2000 M&M logró traer a la Argentina algo nuevo y que Rocklets aún no fabricaba: los M&M Minis, que venían con los tubitos de colores de la foto. Unos simpáticos tubos coloridos que quedaban con un fuerte y agradable olor a chocolate durante meses. Ya para 2005 aparecieron los Rocklets Mini, y los originales partieron rumbo a su casa nuevamente. Pero no por todo esto los M&M son desconocidos en estas tierras: es muy probable que la mayoría de la gente los ubique sin haberlos visto ni probado nunca. Ahí está la influencia de las películas, dibujitos y series! Sin embargo, que quede claro que no hay grandes diferencias con los M&M criollos. Ni siquiera en la idea de copiarle el concepto a otro. En eso Rocklet, con la premisa de “ladrón que le roba a otro ladrón”, sale bastante fortalecido. Sea la marca que sea, el chocolate siempre será bienvenido en la mayoría de los amantes de este tipo de productos… o no? Pero mejor si es industria nacional, y bastante más barato que los yanquis!





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