El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 13 de marzo de 2017

El mejor para la tez (1962)

Hace décadas que la pulcritud, el cuidado del aspecto, los buenos aromas y la higiene son cualidades muy valoradas que la gente persigue constantemente y la publicidad siempre promete de miles de formas. Clásicamente esos avisos iban dirigidos a la mujer, pero había excepciones donde se anunciaban productos de tocador tanto familiares como sectorizados para cada target, muchísimos años antes de que se pusiera de moda la diversificación de productos que tenemos hoy. Una de ellas la vemos plasmada en un producto bien retro y que tiene 185 largos años de vida: los Almanaques Pintorescos de Bristol. Tenían ese nombre por haber sido creados por el farmaceuta estadounidense Cyrenius Chapin Bristol, y eran unos libritos que contenían mucha información importante equivalente a muchas apps de celular de hoy en día: fases lunares, consejos para el hogar, recetas, chistes, pensamientos, feriados y los santos de cada día, datos sobre mareas, cosechas y pesca, frases célebres, horóscopo, curiosidades… y sobre todo mucha publicidad. En la edición 1962 de dicho almanaque nos encontramos con que gran parte de sus anuncios pertenecen a la misma marca: los productos Reuter. El más famoso de todos ellos era el que aparecía en la contratapa del almanaque y se repetiría a lo largo del mismo varias veces: el jabón de tocador. Este otrora famoso jabón marcó muchas generaciones a principios y mediados del siglo XX, pero ya tenía existencia en el mercado nacional desde el siglo anterior. Durante toda su existencia tuvo exactamente el mismo envoltorio: un paquete negro verdoso con letras amarillas que decían bien claro la marca del producto. Algo novedoso de este jabón es que, a pesar de estar siempre publicitado por una prosa llena de delicadeza y poseía sobre su fragancia y cuidado de la piel, podía ser utilizado por hombre o mujeres por igual, lo mismo con los niños. Servía para el lavado de manos, para el baño y para afeitarse. Increíblemente hay registros que indican que entre sus primeros consumidores famosos estuvo… Juan Manuel de Rosas! Reuter nació en Nueva York, Estados Unidos en 1808 y era fabricado por Murray & Lanman. Sin embargo, en los empaques no aparecía el nombre de sus fabricantes sino la de un médico llamado John Reuter: “Jabon Reuter de New York no se considera genuino si no lleva la rúbrica de John Reuter MD” era la leyenda que aparecía en los jabones, prácticamente un segundo slogan aparte de su aún más famosa frase “El mejor jabón para la tez”. Se desconoce aún si ese médico que aparecía firmando los paquetes fue real o un simple personaje publicitario, creado para dar una imagen de seguridad y buena calidad. Originalmente se trataba de un jabón curativo para las enfermedades de la piel y, al igual que la Coca Cola, se fue del mundo farmacéutico. A pesar de que el jabón de Reuter siempre fue multiuso, la compañía fue creando otros productos más acorde a los tiempos que corrían como vemos en las imágenes siguientes: loción colonia femenina, brillantina para el caballero y hasta píldoras laxantes familiares también venían con el mismo nombre. Hoy ya no quedan rastros por ningún lado de este tipo de productos, y muy pocas personas recuerdan haberlos utilizado. En cambio es más común encontrar gente que recuerda haberlo visto en avisos viejos, o tener idea que sus abuelos o supieron utilizarlo. Es una marca en franca retirada y camino a pasar al olvido definitivo dentro de no mucho tiempo. También se desconoce si se sigue fabricando en su país de origen, aunque eso parece ser poco probable. Sin embargo, páginas como ésta ayudarán a que la memoria demore un poco más en olvidar este producto y el jabón de Reuter prolongue si vida un poco más. Por el recuerdo de todas las pieles que ayudó a conservar y brindar una tez envidiada y adulada, desde el Restaurador de Las Leyes en adelante… 

El Jabón de Reuter anunciaba la novedad de presentación "Gigante" junto a la tradicional de toda la vida. 

Para toda diva de look Marilyn de aquellos años, nada mejor que una loción que la haga sentir una Reina: nuevamente Reuter...

Reuter también se metió en el muy exitoso mercado de las brillantinas capilares: además de marcas famosas como Palmolive o Glostora, también existía esta brillantina "de lujo"... 

Curiosas caras para representar la constipación. Según las dosis, estas píldoras Reuter podían ser laxantes o purgantes... y por fin el alivio a toda la familia.

Metiéndonos más en el mercado Premium, también vinieron estos jabones de tocador con aceites de Pinos de los Alpes. Su presentación hoy no resultaría tan anticuada...

Lo hicieron varias veces durante todo el almanaque Bristol, pero ya a su término Reuter repetía nuevamente el anuncio de sus productos: jabones de pino, lavanda y "de lujo".

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