El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

martes, 1 de agosto de 2017

Un regreso recopante (1985-2017)


Entre las grandes satisfacciones que ha podido darnos esta página en sus 4 años de vida se encuentran los grandes regresos de marcas de antaño, las cuales por alguna que otra razón habían dejado de existir. Desde 2013 El Gran Libro de las Marcas documentó los regresos efectivos de marcas como el jabón Granby, el alfajor Suchard, los helados Patalín y Cola de Tigre, los chocolates Lila Pause y Nussinni, la barra Smack, el detergente Vencedor, el jugo Suin, la marca del patito Sandy (no como postrecito sino como chocolatada), la gaseosa Guaraná Antartica, el desodorante Odorono, la Bola Loca, las vainillas Capri y hasta los BayBiscuit. A su vez, se pudieron registrar regresos fallidos e incomprobables como los DinOvo, Pumper Nic o Casa Tía. El último eslabón de esta cadena lo habíamos publicado la semana pasada con las salchichas del frigorífico CAP, pero lo que ha sucedido ahora definitivamente nos dejó con la boca abierta. De sopetón, y sin campaña sorpresa ni nada, Arcor anunció en sus redes sociales que volvían a fabricar el chocolate Graffiti. Así como lo ven: el súper clásico chocolate relleno de obleas rellenas otrora fabricado por Bagley vuelve en 2017 a los kioscos de la mano de Arcor y su marca de chocolates Cofler. Aquella golosina que nació en 1985 como una copia nacional del Kit Kat había desaparecido a fines de los 90, luego de que Danone (dueña absoluta de Bagley entre 1994 y 2004) relanzara el producto durante esa década. A partir de allí nacería el mito, y los sucesivos productos de interactividad del Internet (primero los foros, luego los blogs retro y al último los grupos de Facebook) que lo mantendrían siempre vigente y preguntándose constantemente por qué desapareció. Desde que Arcor empezó a controlar a Bagley junto con Danone en 2004 y se viera que se desempolvaban grandes productos de otra época (como los alfajores Blanco y Negro y las Tentaciones Mousse) la idea de reflotar este chocolate con obleas siempre anduvo dando vueltas entre sus fans, pero a mediados de 2015 ocurrió una maniobra que obligó a Arcor a reaccionar: Nestlé Argentina comenzó a importar el original Kit Kat, aquél chocolate nacido en 1935 en Inglaterra de la mano de Rowntree Limited, una compañía que desde 1988 pertenece al gigante Suizo. Dicha barrita traída de Brasil cuesta actualmente por arriba de los 20 pesos, pero el nuevo-viejo Graffiti cuesta bastante menos, entre 15 y 18, y es industria argentina. Se desarrollará ahora una dicotomía entre los jóvenes consumidores sobre si comer el original-más caro o la imitación-nacional. Para ayudar a despejar esa duda, decimos que ambos tienen un sabor casi idéntico, que por otra parte es muy rico y no decepciona. Será el turno entonces de una nueva generación que puede acceder a este chocolate: la primera fue la de los 80, época en la que salió aquella publicidad con el jingle que decía que era ideal para regalar “al flaco o la flaca que a vos te re copa”. La segunda vino en los 90, con otro aviso donde una chica en una biblioteca escribía su número de teléfono para un chico dentro de un envoltorio de Graffiti. Y ya podemos ir viendo según el fondo de la foto de Cofler para dónde puede ir dirigido el nuevo producto. Y para finalizar, no se puede dejar de mencionar uno de los comentarios publicados en el Facebook de la marca, donde alguien además de publicar el envoltorio de los 90 (el de la izquierda es el original del 85, el de la derecha el de 2017) pide por otra golosina legendaria de esos años, y obtuvo una respuesta bastante inquietante… cómo seguirá esta historia? Todo parece indicar que continuará en el próximo choco-episodio… 

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